miércoles, marzo 20, 2013

Una Nueva Partida


Las mareas lunares agitaron nuestras olas rompiendo contra la cornisa de tan ansiada esperanza, toda vez que iluminaste el atisbo del sueño que por fin quise olvidar. Volviste temeroso ante el miedo de no encontrarte reflejado en el espejo de la razón, y sentir cómo el recuerdo se desvanecía ante esa dura realidad lagrimeante. No es más que cansancio por la lucha, te dije, pero estabas sentenciado a morir en el olvido, entendiste. Cierto que el camino era largo, y por más murallas que hubiese construido, tu sombra me perseguiría en vidas posteriores. Fuiste capaz de derrumbar esas construcciones, esa voluntad férrea a la sanación, tanto tuya como mía, porque el juego había terminado, porque me habías ganado. Pero comenzamos de nuevo la partida, otra vez los peones avanzaron, claro que ahora el alfil no está, la torre no está, y las reinas desprovistas de lacayos, pasean juntas a caballo confiadas en su longevidad.

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