miércoles, marzo 20, 2013

Noche de Gatos


Sobre los tejados van maullando su encuentro, entrecruzando sus colas bajo los efectos de un sensual saxo.
Juegan a saltos de casa en casa, se llaman, se huelen, se sienten, se viven.
Como queriendo besarse, sus narices se rozan y sus bigotes les producen cosquillas.
Persiguen a la luna, y se encaraman sobre una estrella.
Por sus lados pasan los cometas de largas cabelleras, y se agarran de ellas para viajar lejos, a otros lugares.
Lugares escondidos, lugares de colores, lugares que sólo ellos pisan, que sólo ellos imaginan. Grandes construcciones en ruinas de tiempos pasados, permiten que jueguen y se escondan. Uno asoma una oreja como buscando el sonido, el otro asoma un ojo queriendo descubrir su cola. Y al presentirse, retroceden rápidamente en reacción a la cautela del descubrimiento, al intencional acto de sus más infantiles instintos.
Pasado un segundo, él salta sobre ella dejándola en evidencia. Premiando su astucia, ella le regala un ronroneo y le contornea su cola por detrás de las orejas.

Se revuelcan en círculos como si jugaran con un ovillo de lana, sus patas acarician sus pelajes y sus lenguas delinean sus contornos, mientras la luna los mira celosa. Son mil segundos los que los envuelven en sus sueños, son mil razones las que los hacen estar juntos.

Ella le canta al oído, él le baila un candombe.

Coqueta lo recorre con la mirada….coqueto se deja mirar…

Entonces, la toma entre sus patas y la invita a bailar. Una, dos y tres vueltas, manejan el ritmo al compás de una sola respiración. Adelante, atrás, a un lado y al otro, el sudor parece poco para esa noche de locos.

Se sonríen cómplices de gozo y descansan sus cabezas en los hombros del otro.

Ya es tarde dice ella, ya es temprano dice él, vamos a ver qué encontramos por los anchos callejones.

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