Te estoy llamando desde estas bajezas a esas alturas
el viento vuela las palabras y los ecos fríos
Esparce las letras que convertidas en cenizas se hacen polvo
Y sólo te llega un soplo no concreto de algo que quiso ser perfecto
Y te vuelvo a bajar para tocar tu rostro
Para besar la comisura de tus labios y acariciar cada onda de tu pelo
Y deslizo por tu perfil las yemas de mis dedos, 
dibujando bajo piel todos mis deseos 

A veces subo a buscarte en las estrellas
Y tanteo ciega tu sombra acurrucada
atada a mi cintura y a mi pecho
las abiertas alas de tu cuerpo
a contra luz levantas el vuelo y me invitas de paseo.

Te abrazo por la espalda y me poso sobre tus certezas 
ambos a favor del viento levantamos la mirada, 
viajamos en medio de la nada buscándolo todo
confiamos en los aciertos del otro
vencemos nuestros propios miedos
lanzamos el cuerpo y entrelazamos las almas.

Oigo tu melodía permanente

No calles que te sigo a susurro loco
e intento tocar cada vértice de tu cuerpo
mientras el agua de mis ojos recorre mis alegrías
salada y constelada esparce blancas perlas en mi nada.

Es tan perfecto el vuelo que quiero quebrar mis alas
como para despertar de algo tan soñado, tan cierto, tan mentira

Tan puro, tan divino, tan humano, tan mío, tan nuestro.