Las Batallas del Alma

Y aún fuera de combate, ya con la blanca bandera de rendición
vuelves a atacar, inhumano, sangriento, sin piedad y sin aliento
destrozas hasta el último atisbo y te impones firme ante el olvido
aquel que quiere destronarte, armadura de hombre bélico.
Y pues, la memoria, la más grande y valiente enemiga del olvido,
pelea a sangre fría esta desangrada psicoemocional batalla
entre lo pensado y lo sentido, despliega sus armas tu aliada
sin defensa, sin armas, sin armadura me dejo ganar.
Y apareces entre la polvareda y los rayos de luz del atardecer
sobre tu caballo valiente compañero de épicas historias,
y tu lanza sin sangre ya dio muerte al esquivo olvido,
ganando una de las batallas cercanas al corazón.
Y comienza pues, otro bélico enfrentamiento,
que me hace despertar nuevamente de mi plácido sueño,
son mis sentimientos los que conforman el ejército aliado,
y mis pensamientos los que quieren darte muerte.
Pero esta batalla es aún más cruel que la anterior
por que aún arroja sangre por su fiereza,
y está presente en cada instante.